Siempre he afirmado que esta columna nunca debería tener nada que ver con el equipo de la cámara. Soy un "artista", después de todo, y no me preocupo por esas trivialidades técnicas.
La gente de Arty-farty como yo a menudo desdeña las conversaciones sobre el kit. Es como discutir qué máquina de escribir podría haber usado George Orwell o qué pinceles prefería Picasso. Estos detalles técnicos pueden ser interesantes en un nivel superficial, pero no son el secreto del genio de Orwell o de la visión de Picasso. Dicho esto, estoy seguro de que ambos artistas tenían sus herramientas favoritas, y apuesto a que pensaron con mucho cuidado en lo que eran.
Entonces, contrariamente a mi aversión a la charla tecnológica, voy a hablar un poco sobre el kit. He cambiado de un sistema DSLR a uno sin espejo de formato medio. Unos precios elevados y un presupuesto limitado restringieron el alcance de mi equipo, por lo que ahora tengo una cámara y una lente: la Fujinon GF63mm f / 2.8 (equivalente a 50 mm). En el mes que llevo usando el kit, he descubierto que tener solo una distancia focal es liberador. En los talleres hablo sobre las virtudes de usar una sola distancia focal, pero en realidad no lo he hecho desde que era estudiante.
La cámara en sí es un placer de usar. No se trata tanto de las magníficas especificaciones técnicas ni del sensor supergrande, sino de la forma en que me hace sentir cuando lo uso. No es tan versátil como mi configuración anterior, pero tengo una herramienta que complementa el tipo de trabajo que quiero seguir haciendo en mi práctica personal. Cambiar kit ha sido una especie de declaración artística para mí y un compromiso con mis proyectos personales. cama y desayuno
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